A ver si me entero y asumo que ya no estoy en Nueva York. Que he vuelto al horno de Madrid y aquí me quedo hasta próximo aviso.
Ya no puedo ir a cualquier CVS o Duane Reade a comprarme cualquier guarrada para comer y beber té Arizona a cualquier hora. Aquí no hay Shake Shack.
Que ya no estoy en Meatpacking y no comparto vecindario con Olivier Theyskens y Julianne Moore.
Eso que llevo al hombro es mi ropa sucia, ¿vale? |
Que ya no lavo la ropa en una Laundry ni veo ratas en el metro.
Ya no bebo en vasos rojos ni cojo taxis amarillos.
Ya no puedo ir a fiestas en áticos con vistas al puente de Brooklyn y me tengo que conformar con la plaza de San Ildefonso. No voy a Le Bain ni subo las escaleras corriendo para tirarme en el césped artificial de la planta de arriba.
Ya no me junto con japonesas ni chinas, y tengo que controlar mis gestos de negra chunga.
Tampoco puedo tirarme en Central Park.
Ni paseo por el East River al atardecer.
Sólo me digo a mí mismo mientras hiperventilo "Get over it. You're not in New York anymore."
Y me lo digo en inglés porque yo lo valgo.